viernes, 30 de enero de 2009

Exponerse



¿No es un poco exponerse lo que hacemos cada día? No es fácil vivir el mundo. Se es lo que se aprende, lo que se vive, lo que se herencia. En cada actitud, gesto o palabra exponemos nuestra frágil humanidad y aunque parece que las cosas no cambiaran lo suficiente, todo está moviéndose. El terror crece. Mi terror. Crueldad en el aire. Todo despojos. Abandonados a las palabras, a los gestos, son comparaciones imperceptibles las que nos separan, y es desde esa extrañeza y un sentimiento de distancia enorme con el mundo, el lugar al cual apuntan mis escrituras, son relatos en que para algunos la historia parece detenida, nada pasa cuando han pasado más de veinte años, justo entre la vida y la muerte, apenas todo, por un instante de sentido, aquello en lo que se forma y fortalece la propia humanidad, el lugar donde arriesgas todo.
Por qué no pensar entonces, que siendo como se es, tan al límite de la sospecha de lo que otros han creado para ti, nos sucumba la imperfección. Sutiles son las ocasiones en que nos acompañamos de quietud. Alborotados entre los desplazamientos son otros quienes nos iluminan, transformando cada instante. Otros quienes rozarían nuestras débiles aristas sofocando los destellos de nuestra intimidad. Voy y vengo. Me desplazo por el mundo. Viajo. Veinte, treinta, muchos años. Otros quienes me palpitan y me duermen. Pero es justo allí, en la obra, la de todos, que los sueños son posibles. Entonces, una respuesta a Inti más personal sería decir que ha sido una verdadera suerte conocerlo, pero sobre todo y desde antes mi cercanía con Chamila, me hace feliz pensar que nos acercamos a algo enorme y de grandes fuerzas, lo presiento y mi fe crece. Luego los demás. Moviéndonos entre los sutiles hilos del tiempo, uno es apenas nada, cuando todo se parece tanto. Nada la vida más que el tránsito entre un punto y otro. Hacemos lo que somos, y lo hacemos de a muchos.
Eugenia Prado

jueves, 15 de enero de 2009

El teatro y la crueldad











“En el período angustioso y catastrófico en que vivimos necesitamos urgente un teatro que no sea superado por los acontecimientos, que tenga en nosotros un eco profundo, y que domine la inestabilidad de la época. Nuestra afición a los espectáculos divertidos nos ha hecho olvidar la idea de un teatro serio que trastorne todos nuestros preconceptos, que nos inspire con el magnetismo ardiente de sus imágenes, y actúe en nosotros como una terapéutica espiritual de imborrable efecto. Todo cuanto actúa es una crueldad .Con esta idea de una acción extrema llevada a sus últimos límites debe renovarse el teatro. El teatro debe darnos todo cuanto pueda encontrarse en el amor, en el crimen, en la guerra o en la locura si quiere recobrar su necesidad. Queremos transformar al teatro en una realidad verosímil, y que sea para el corazón y los sentidos esa especie de mordedura concreta que acompaña a toda verdadera sensación. Así como nos afectan los sueños, y la realidad afecta los sueños, creemos que las imágenes del pensamiento pueden identificarse con un sueño , que será eficaz si se lo proyecta con la violencia precisa. Y el público creerá en los sueños del teatro, si los acepta realmente como sueños y no como copia servil de la realidad, si le permiten liberar en él mismo la libertad mágica del sueño, que sólo puede reconocer impregnada de crueldad y terror” ANTONIN ARTAUD.
Me hacen profundo sentido estas palabras que disparan más allá de los tiempos.
Chamila.

martes, 13 de enero de 2009

Estertor Femenino










Un proceso sangriento.

“La mediocridad tiene su encanto mi amor”
y el ego tiene su doble filo.

Me centro en esta hipótesis para descifrar de alguna manera la sensación que me queda luego de una ardua labor.

“Los años dedicados al oficio” me hacen reflexionar y ver con mas claridad aun la trascendencia de esta maldita estirpe que se alimenta de los demás, socavando la creatividad, el amor, revolucionando el espíritu, “inyectando sabores de maldad”, regocijándose en sus deleites y acariciando sus triunfos.
Sin embargo existe un fenómeno llamado teatro, que se convierte en un sólido asidero capaz de transformarlo todo, que da y quita, que asegura e insegura, y ese es el momento en que realmente trascendemos.
Doy gracias a la vida que me a dado la posibilidad de estar en escena, y puedo sentirme en un trance infinito, en una ilusión constante, en una singularidad que hace sentir que el mundo podría transformarse en lo que quiero, que se puede ser todo o nada, que podemos permanecer en el tiempo, que puedo comunicar con otras voces, en otros ámbitos, es un estado mágico.
Un par de anteojos antiguos, un peinado, unos zapatos de tacón negro y un traje dos piezas beige, descifran el personaje de la Doctora. Una mente de estructuras implacables, impertérritas, una perversa intolerable, lipirica inagotable…. Una fascista de tomo y lomo. Un sistema latente. En otras palabras un tremendo desafió.
Difícil enfrentar un personaje de esta magnitud, mas cuando crees tener una claridad en tus posturas, y es donde te preguntas: ¿Dónde me encuentro con este personaje?, para acercarlo a mi y quererlo, ya que las estructuras mentales son absolutamente opuestas, pero estructuras al fin y al cabo. Y es donde comienzas a sentir que existen muchos puntos convergentes.
Distingo un proceso que va estremeciéndome cada vez mas al percibir que la violencia, perversión y el afán de poder de este personaje existe en alguna medida dentro de nosotros. Entonces en ese momento potencio todo, y lo hago propio, y uso todas esas estrategias en este monstruoso personaje que todos desean ver morir.


Verónica Santiago

Un eco al silencio


Necesito cada vez que me levanto una fuerte concentración para comenzar en la mañana, he vuelto a Chile después de catorce años, ha sido una experiencia difícil…el teatro…, que grande palabra. Necesito prepararme, concentrarme, ha sido tan difícil volver al teatro… tanta envidia, tanta mediocridad, me esfuerzo inmensamente día a día para evitar el desencanto, la desilusión. Hoy con mi proceso de trabajo estoy satisfecha, agradecida de vivir tanto dolor, agradecida de dejar el pasado y de vivir de nuevo. Hoy he encontrado a mis viejos amigos, he abierto mi corazón a nuevos encuentros. Quiero una vez más agradecer a Verónica Santiago de aceptar mi amistad, de estar a mi lado, agradecer a Alejandro Trejo de creer en mi trabajo, agradecer a mis compañeras, a Chamila de entregar tanta energía, a Eugenia de vivir su talento, a mi familia de ayudarme y de soportar mi horrible carácter. La celadora, que personaje… Me ha dado tanto dolor, mi propio dolor. El cuerpo termina adolorido, maltratado, su silencio, el abandono, la soledad, la soledad de todos…el silencio… Gracias por esta oportunidad Annabella

Silencio




Estuve en un lugar donde las palabras reinan, donde los que hablan fuerte y golpean la mesa, se imponen. Ahí, recordé la tormenta sobre el lago, vi nuevamente como el viento arrastró el agua que caía del cielo y la mezcló con todo lo que encontraba en la tierra para golpear el bosque.
Con movimientos lentos, de un lado a otro, cada árbol y un suave crujir de madera se adaptan al momento dando paso al apasionado vendaval. Luego entonces, el silencio… Una que otra hoja saltando de un rayo de luz a otro, para llegar al húmedo suelo donde su naturaleza cambiará. Entonces nuevamente recordé, recordé un personaje que habita una tormenta de palabras y que con su silencio equilibra, equilibra como un árbol de buena sombra que ha demorado años en crecer. Sus miradas, su presencia, nuevamente sus silencios son la fuerza de aquellos que no vemos nunca, aquellos que día a día mueven el mundo, sin otro motivo que agradecer la vida, aunque esta brote en un vertedero. Ahora no puedo guardar silencio, soy viento, me agito y me calmo para evocar a la Celadora (Annabella Claramount), de Desórdenes Mentales que desde su silencio me habla, me habla de un universo que no es fácil de advertir.

Inti


Critica




Dedo que apunta al dedo que apunta.Según Dave Liebman la profesión de crítico es una de la más viles, cerca de la publicidad y el mercadeo, instaladas en el espacio de la cobardía y el sigilo para actuar sobre seguro, y ya en el anillo de la plusvalía más alejada de los centros del trabajo, medrar con total impunidad sobre los otros. Aparte, debe despejarse de este tema el pequeño comentario, envidia o simplemente el fracaso del espectador cuando en rueda de camarines un mínimo colega ataca la obra.
Sin embargo puede tener razón cuando, por azar, la malevolencia le afinará al zopenco envidioso sus instrumentos.
Problemas de las artes escénicas por la fluidez de sus bases materiales.
A la anestesia que produce el impacto de la puesta en escena,que marea al espectador incauto, hay que agregarle los vicios del mundo moderno: el ingenio,lo profesional para esconder los conformismos, las estéticas repulsivamente trabajadas tipo teatro universitario para arribistas, el tino y la complacencia en los "equilibrios " para exhibir una artesanía de entregados y asegurados. Para llevar al teatro al lugar de la moral, la escena debe cargarse de la máxima densidad que las partes de la máquina soporten. Escritura, matemáticas , plástica, música comparten el sitio de la moral porque dejan su materia en el mundo físico. Y la música también, porque aunque transcurra, debe construirse con la objetividad de sus medios instrumentales y la racionalidad en la identidad: la teoría es el instrumento. Cualquier persona culta sabe que el más potente de los instrumentos musicales es un lápiz.
La verdadera crítica es la respuesta a una obra con otra obra, donde se refuten y modulen las impregnaciones del inconsciente activado por el grupo de trabajadores y ejecutores, y las fuerzas del consciente capturadas puedan resituarse hacia un otro lugar "mejorado".

John Streeter

Vientos Huracanados






Respeto






Respeto para el formidable y rotundo trabajo de las actrices. Respeto por lo que ha sido un trabajo durísimo
Respeto por el dolor y los momentos sutiles.
Ha sido una experiencia al límite, hemos creado un teatro radical donde se arriesga la vida.
La instalación de la obra "Desórdenes Mentales" se apoya en el despliegue de sus textos, hablas que habitan el espacio tal como los cuerpos son hablados por el masivo circunvalante (Jaspers) que acomoda los cuerpos al poder, en que el poder se aparece obviamente como potencia, no como un acto.
Dramaturgia de las fuerzas del lenguaje, para cumplir con la promesa que dice que no hay sujeto puesto que es el momento, la época, lo que nos construye cuando nos habla para integrar los cuerpos al flujo de poderes.
Somos hablados por el poder y sus múltiples derivadas, a veces se producen malos implantes de los dispositivos básicos de acople en la maquinaria, por "malas" historias familiares, caja de resonancia de la verdadera forma formante. (Las palabras en la construcción del comunismo o la liberación de la potencia humana, o la reacción de los fascismos que distribuyen la tortura para la dominación de los cuerpos). En el borde se produce la enfermedad , es decir "el individuo". Los problemas mentales son el límite de las crisis políticas o civilizatorias, en familia se incuba el delirio para organizar el colapso de lo común a la experiencia_ siempre allí como un tutor despótico, el significante masivo falla cuando no proporciona contención para las políticas de la experiencia, esta es la locura_ el límite exterior del capitalismo es la esquizofrenia.
Saludos a Eugenia Prado y gracias por un texto que recupera racionalidad y así detener la desmesurada influencia de las magias y las eco-supersticiones.
Saludos a Alejandro Trejo por un trabajo arriesgadísimo que saca el texto al aire...

John Streeter.

Desierto


Desde San Pedro de Atacama a una altura impresionante vivo hoy la certeza de un paisaje increíble, esparcidas imágenes del adobe, rostros marcados por el sol, piedras, calor seco. Más de once mil años de historia, interrumpen este instante mis añoranzas, mis deseos enfatizan hacia una obra que nace, se hace, crece, abrigando lenguajes ciertos. Cuánto aún nos queda por hacer....

Eugenia Prado